Ficus Gomero

Es una de esas plantas de interior que es imposible no querer tener en casa. Por un lado, su elegancia destaca gracias a sus hojas de un verde intenso que decoran cualquier rincón con un aire cómodo. Por otro, es increíblemente fácil de cuidar, lo que la convierte en la compañera perfecta para quienes no tienen mucho tiempo, pero no quieren renunciar a llenar su hogar de vida y naturaleza. Resistente y poco exigente, esta planta es ideal para disfrutar de un toque natural.

 Cuidados:

Luz

Los ficus gomeros prefieren una luz brillante e indirecta. En invierno necesitan mucha luz, pero en verano conviene colocarlos en un lugar semisombra para evitar que sus hojas se quemen.

Riego

Riega el ficus gomero cuando la tierra empiece a secarse. En verano puedes regarlo dos veces por semana y en invierno cada 7-10 días. Evita regar en exceso, ya que las raíces del ficus gomero son sensibles a demasiada humedad. El amarilleo y la caída de las hojas son una señal de que la planta está recibiendo demasiada agua.

Humedad

Los ficus gomeros pueden adaptarse a los niveles normales de humedad en un ambiente interior. Sin embargo, si el aire es muy seco, puedes rociar las hojas de vez en cuando o colocar un humidificador cerca de la planta.

Abono

Abona el ficus gomero una vez al mes durante la temporada de crecimiento con un fertilizante equilibrado. Esto ayuda a mantener la salud y el color de las hojas.

Tamaño de la maceta

Para plantas jóvenes o pequeñas, puede ser adecuada una maceta con un diámetro de 25-30 cm. A medida que la planta crezca, tendrás que trasplantarla a una maceta más grande. Una planta adulta puede necesitar una maceta con un diámetro de 40-50 cm o más.

Plagas

Mantente alerta ante plagas, como ácaros y cochinillas. Si notas algún signo de plagas, debes tratarlas lo antes posible.

Temperatura

Los Ficus gomeros crecen mejor a temperaturas entre 15 y 25 °C. Protégelos de las corrientes de aire frío y evita exponerlos a temperaturas inferiores a 10 °C.