• Planta herbácea perenne, rizomatosa, de porte bajo y aspecto similar al de una gramínea, aunque pertenece a la familia de las iridáceas.

• Altura adulta: entre 15 y 40 cm, formando matas compactas y densas.

• Hojas lineales, estrechas, de color verde intenso o glauco, dispuestas en abanico desde la base, semejantes a las de un iris en miniatura.

• Floración abundante desde la primavera hasta comienzos del verano; flores pequeñas, estrelladas, de seis tépalos, generalmente de color blancas azul violáceo con centro amarillo, aunque existen variedades o lilas.

• Fruto: cápsula globosa con pequeñas semillas negras, sin valor ornamental.

• Prefiere climas templados, con inviernos suaves y veranos moderados; tolera bien el frío, aunque puede resentirse con heladas fuertes prolongadas.

• Suelo fértil, suelto y bien drenado; se adapta bien a suelos arenosos o francos, incluso pobres, siempre que no haya encharcamiento.

• Requiere riego regular, especialmente durante la floración; tolerar sequías cortas una vez establecida.

• Exposición a pleno sol o semisombra ligera; florece mejor con buena luminosidad.

• De crecimiento medio a rápido; Conviene dividir las matas cada 2 o 3 años para rejuvenecerlas y controlar su expansión.

• Usos: ornamental en borduras, rocallas, macizos bajos y jardines naturalistas; excelente para aportar color y textura fina en zonas soleadas o de bajo mantenimiento.

Nota: Al ser un producto vivo, puede variar en tamaño, densidad y abundancia de flores según la temporada y condiciones de cultivo